EL POSICIONAMIENTO POR SATÉLITE DE TRANSIT
A GALILEO
Por
Benjamín Piña Patón: INSTITUTO
GEOGRAFICO NACIONAL DE ESPAÑA
Antonio Mañero García: INSTITUTO GEOGRAFICO
NACIONAL DE ESPAÑA
Felipe Piña García: GEOCANTABRICO - INGENIERÍA
Y TERRITORIO |
Los autores realizan
un resumen de los satélites, con sus características
más importantes, que han ayudado al desarrollo de la
Geodesia Espacial. Ellos consideran que Galileo puede convertirse en estándar mundial para el posicionamiento de alta
precisión.
Desde que el 4 de octubre de
1957 se puso en órbita el Sputnik I comenzó
una nueva era para muchas áreas de conocimiento
y, entre ellas, las Ciencias Geodésicas y del
posicionamiento en general.
Antes de la Geodesia Espacial,
el posicionamiento “absoluto” de un punto
de la superficie terrestre, sólo era posible
a través de las observaciones astronómicas
(Astronomía de Posición). Así el
proceso geodésico-topográfico pasaba por
llevar a cabo una serie de metodologías que permitían
dotar de coordenadas a todos los puntos:
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A
través de la observación astronómica
se determina la Latitud y Longitud de un punto, así
como el acimut de una dirección (teodolitos ópticos
de gran precisión y reloj) |
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Se medían
bases para dar escala al trabajo (hilos invar, reglas
bimetálicas...) |
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Se hacían
triangulaciones para configurar una red de puntos con
coordenadas conocidas (teodolitos). |
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Poligonales,
midiendo ángulos y distancias. |
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Radiaciones |
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Intersecciones
directas, inversas y mixtas, midiendo ángulos y
a veces distancias. |
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Nivelaciones geométricas
y trigonométricas, midiendo incrementos de alturas. |
Cada método se apoyaba en puntos
de coordenadas conocidas, salvo la observación astronómica
en que la referencia era espacial, y se basaba en el conocimiento
de la posición de los astros.
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