Cartografía Antigua: Ciudades de América
Planos manuscritos de archivos españoles: Sucre (1779).
Sucre, Ildifonzo Luján, 1779. Archivo General de Indias.
Sucre (1779)

«La Plata» .
Yldifonzo Luján.
Archivo General dé Indias (M. y P., Buenos Aires, 244).
(1 .210 X 787 mm.).

LA CIUDAD

En el a ltiplano andino, a 2.844 metros de altitud y sobre un terreno ondulado lleno de pequeñas colinas y numerosos riachuelos, el capitán Pedro de Anzules o Anzures, con poder de Francisco Pizarro, fundó en 1538 una ciudad a la que llamó La Plata «por las muchas muestras que de ella se hallaron en la provincia».

La ciudad de la Plata, también llamada Charcas y Chuquisaca y más tarde definitivamente Sucre en honor al mariscal de Ayacucho, se asentó en una terraza inclinada en el centro de un impresionante anfiteatro de montañas. Siempre fue una ciudad abierta en sus límites en la que las calles tenían de fondo sólo el medio geográfico circundante. Nunca tuvo murallas y estuvo raramente amenazada, como sucedió con otras muchas fundaciones del virreinato.

Su primitiva estructura, con manzanas casi cuadradas y calles rectas, se mantuvo durante toda la etapa colonial, prolongándose a partir de la plaza mayor en las partes más llanas del terreno. Ya en el XIX los nuevos barrios rompen con el trazado original y se configuran con formas irregulares ajenas a la llamada «cuadrícula».

En La Plata, según López de Velasco, residía la Audiencia de Charcas desde el año 1563 y tenía un presidente, cuatro oidores y un fiscal. El corregidor lo era también de Potosí y de Porco, y en la plaza mayor se situaban la catedral, el Palacio Arzobispal, el Cabildo Secular y la Universidad.

La iglesia catedral existía desde 1553 y fue erigida en sede episcopal por bula de Julio III el 27 de junio de 1572. También funcionaban ya en el XVI los monasterios de Santo Domingo, San Francisco, La Merced y San Agustín.

La trama urbana original, probablemente un conjunto no mayor de 25 manzanas alrededor de la plaza, crece en su sentido longitudinal hasta formar a mediados del XVIII un rectángulo de algo más de 50 cuadras. Ya durante el período de 1580 a 1630 se ha producido el más fuerte crecimiento demográfico de la Audiencia de Charcas, de los 100 a 1.000 vecinos.

En el último tercio del XVIII es te crecimiento se ha consolidado y la ciudad ha «rellenado» más de 70 manzanas. Además de la plaza mayor, una serie de pequeñas plazuelas, que siempre son sectores de una manzana frente a las portadas de los edificios religiosos más importantes, se distribuyen en la trama de la ciudad, conformando un tejido entrelazado que rompe la monotonía de calles y cuadras siempre iguales.

EL PLANO

Este plano de Sucre fue hecho por el oficial pintor Ildefonso Luján por encargo del canónigo Pedro Antonio Roxas y Argandoña para intentar esclarecer un litigio con el arzobispo Herboso de Figueroa y acompañaba a un voluminoso expediente que se conserva en el Archivo de Indias de Sevilla.

La representación de la trama, a pesar de las desproporciones entre el tamaño de las manzanas y el ancho de las calles, se ajusta con bastante fidelidad a la realidad, estando correctamente situados los edificios y lugares más significativos.

Del mismo modo que en el plano de Quito de M. A. H. de 1734, es te plano de La Plata constituye una representación a medias entre el dibujo en planta y la vista panorámica, habiéndose empleado un código de representación uniforme y muy elemental para la edificación en el que aparecen los edificios singulares ingenuamente abatidos.

El paisaje del entorno se describe como en un cuadro, apareciendo las montañas, los ríos, las colinas e incluso el cielo en los bordes del dibujo de la ciudad como si se tratara de una vista aérea.

El empleo intenso del rojo escarlata y del azul de ultramar en los tejados de las casas y en el cielo y los ríos que circundan la ciudad está acompañado de las aguadas amarillentas y pardo-verdosas, así como de la tinta sepia ferruginosa de la extensa leyenda.

El plano está compuesto por doce hojas diferentes de papel verjurado con filigrana marcada al agua y constituye una pieza de un tamaño desusado: 1,20 metros por casi 80 centímetros.

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