Cartografía Antigua: Ciudades de América
Planos manuscritos de archivos españoles: San Juan de Puerto Rico (1772).
San Juan de Puerto Rico, Tomás O' Daly, 1772. Servicio Histórico Militar.
San Juan de Puerto Rico (1772)

«Plano de la plaza de San J uan de Puerto Rico y sus inmediaciones».
Tomás O'Daly.
Servicio Histórico Militar
(E. 2-2 N! 5748)
(2.300 X 500 mm.).

LA CIUDAD

El primer establecimiento español en la isla de Puerto Rico, Caparra, fue realizado por Ponce de León en 1508 al sur de una amplia bahía situada en la costa septentrional de la isla. Esta población fue trasladada, con el nombre de Sanjuan, al otro extremo de la bahía en una porción de terreno alargada, con algunos promontorios rocosos, frente al mar Atlántico.

Los primeros pobladores, que se habían visto obligados a luchar con los indios taínos que habitaban en la isla, vieron cómo se apagaba pronto el resplandor producido por la extracción de un oro escaso, y se transformaron de mineros en agricultores de la caña de azúcar. El primer molino fue construido por Tomás Castrillón en 1523.

A mediados del siglo XVI, cuando la Corona española decide establecer un sistema defensivo global para sus posesiones de las Indias, San Juan se convierte en uno de los puntos fuertes y se consolida la construcción del castillo del Morro en una punta rocosa que avanza frente al mar.

Las defensas del Morro se muestran eficaces frente a los ataques, ya que logran resistir al realizado por la nota del pirata Francis Drake en 1595.

Aunque San Juan es ocupada transitoriamente por Cumberland en 1598, la ciudad resiste el ataque de una escuadra holandesa de 17 navíos y 2.500 hombres en 1625, expulsando a los atacantes después de haberse hecho fuertes en el castillo del Morro al mando del gobernador Juan de Haro.

Durante el siglo XVIII, el declive del cultivo del azúcar da paso a la ganadería, pero Puerto Rico, alejado del circuito comercial del Caribe, encuentra un futuro más próspero en el contrabando, que realiza fuera del monopolio impuesto por las autoridades metropolitanas.

Esta situación, que se prolonga durante la primera mitad del XVIII, termina con la llegada del gobernador Alejandro O'Reilly, que recomienda la introducción de importantes reformas en la agricultura, en las relaciones comerciales, en la inmigración y en el sistema defensivo. Estas reformas llegan a tener efectos provechosos, ya que la economía se recupera y la población de la isla aumenta de 45.000 habitantes en 1765 a 109.000 en 1787.

Las ampliaciones y reforzamientos del sistema defensivo de San Juan, que en la etapa de O'Reilly tenía un total de 4.506 habitantes entre blancos, «pardos» y «morenos» libres (3.562) y esclavos (944), se muestran de nuevo eficaz en 1797, cuando se presenta frente a su puerto una escuadra inglesa de 60 navíos y 7.000 hombres al mando de almirante Henry Harvey dispuesto a tomar la ciudad. El ataque fracasa y los ingleses se ven obligados a retirarse después de dos semanas de asedio.

Mientras tanto, la ciudad de San Juan no ha crecido mucho. De un grupo no mayor de 100 casas existentes en el siglo XVI se pasó a 259 en 1673, según el padrón de Juan Guilarte de Salazar, y a 400 en 1765 según Diego Torres y Vargas. Estas casas, de mampostería unas y de ladrillos o maderas las más, forman un conjunto ordenado en calles rectas y perpendiculares, componiendo manzanas rectangulares.

En la plaza Mayor, que ocupa el espacio correspondiente a media manzana de la retícula, se sitúa el edificio del Ayuntamiento. La catedral, de espaldas a la plaza, se construye en una manzana contigua. Del poco desarrollo logrado por San Juan en el último tercio del XVIII nos dan fé los planos realizados por O'Daly en 1771, que reflejan sólo algo más de 20 manzanas consolidadas. La posición estratégica de la punta formada por San Juan está, a pesar del escaso desarrollo urbano, aprovechada al máximo con el castillo del Morro en un extremo y el de San Cristóbal en el otro, unidos por un perímetro amurallado que se apoya en las buenas condiciones topográficas que le ofrece el terreno. San Juan se convierte en un «acorazado inexpugnable anclado a la entrada de la bahía».

EL PLANO

El plano de San Juan de Puerto Rico levantado por Tomás O'Daly por encargo del gobernador Alejandro O'Railly tiene un tamaño extraordinariamente largo, 2,30 metros e incluye tanto la parte occidental de la isleta que ocupa San Juan como el resto del territorio hasta el puente que la une con tierra firme.

La composición del plano, tres hojas de papel de unos 80 por 50 centímetros pegadas en sus lados más cortos y la multitud de plilegues que ha ido teniendo a lo largo del tiempo han deteriorado su estado ele conservación a pesar del entelado al que fue sometido.

La mayor parte de la información se acumula en el extremo izquierdo, que es donde se han colocado la ciudad y sus fortificaciones. Precisamente éstas son el objeto fundamental de su realización, llevada a cabo por el ingeniero O'Daly.

El plano ha sido cuidadosamente elaborado, con una técnica de dibujo muy evolucionada y con una gran precisión tanto en el trazado de las fortificaciones: fuertes, castillos, baluartes, murallas, parapetos, revellines ... , como en las características geográficas del territorio. A la información topográfica del terreno, conseguida con sombreados y aguadas grises, hay que añadir las profundidades acotadas de la bahía.

El empleo de los colores y del resto de los códigos gráficos están dentro de los parámetros empleados por la importante escuela de ingenieros militares españoles del XVIII.

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