Cartografía Antigua: Ciudades de América
Planos manuscritos de archivos españoles: Guadalajara (1745).

Guadalajara, Joan Francisco de Espino, 1745. Archivo General de Indias.
Guadalajara (1745)

«Plano ignographico de la
ciudad de Guadalajara de la Nueva Galicia».
Joan Francisco de Espino.
Archivo General de Indias
(M. y P., México, 153)
(595 X 850 mm).

LA CIUDAD

Cristóbal de Oñate, colonizador de la provincia de Nueva Galicia, fundó en 1529 la ciudad de Guadalajara en el arenoso Valle de Atemeja, en medio de una planicie dominada por los tonos grises y ocres de su paisaje. La nueva fundación, asentada definitivamente después de cambiar varias veces de lugar, se situó a la orilla del arroyo de San Juan de Dios y muy próxima a las comunidades indígenas de Analco y Mexicaltzingo, que son hoy barrios de la ciudad.

Guadalajara, que obtiene el título oficial de ciudad en 1538, llega a ser la capital regional de lo que fue la Nueva Galicia, hoy estado de Jalisco.

Situada a 1.500 metros de altitud y a 650 km. al noroeste de la ciudad de México, las características de su clima y del terreno hacen que su actividad se vuelque hacia la agricultura, que fue durante años su principal fuente de mantenimiento.

En Guadalajara es especialmente interesante la estructura de sus plazas centrales, que se organizan en el entorno de la catedral fundada por el obispo Pedro Ayala, que puso la primera piedra el 22 de octubre de 1561; es de tres naves con más de 30 columnas y está rematada por dos torres octogonales. El espacio de la catedral - la plaza mayor -, con los soportales en dos de sus costados, está flanqueado por el Palacio Real. Las caras del Cabildo, contrariamente a lo que es habitual, se sitúan en una manzana contigua. Comunicando con este espacio y ocupando solamente media cuadra, una segunda plaza, con la Real Caja y la Casa del Obispo, se abre de nuevo hacia el pequeño ámbito que sirve de atrio al colegioseminario. Todo ello forma un conjunto de espacios concatenados poco frecuente en las ciudades americanas. La trama de Guadalajara, esencialmente formada por manzanas casi cuadradas -completamente cuadradas en el plano de J. Espino -, se prolonga desde la plaza hacia el oriente, teniendo como barrera en el otro extremo el arroyo de San Juan.

La pieza ocupada por el Hospicio del Carmen en el oeste y el Convento de Santa María de Gracia en el este, a orillas del río, permanecen inalterables en el crecimiento, así como las ya configuradas plazas de la Palma, la Parroquia, la Aduana y San Agustín, en los cuatro extremos de un tejido urbano de más de 160 manzanas por el que se extiende la ciudad a mediados del XVIII.

En Guadalajara funcionó la Universidad a partir de 1792,aunque ya en el XVIII existían el Colegio de San Juan y el de Santo Tomás. La Audiencia data de 1643 y el Hospicio fue fundado, también a finales del XVIII, por el obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas, que también pone en pie la Casa de Misericordia. Otro obispo famoso, fray Antonio Alcalde, funda en 1785 el Hospital de Belén.

EL PLANO

El plano firmado por J osé Francisco Espino es una buena muestra de la importancia urbanística que adquiere el abastecimiento de agua en las ciudades americanas durante el siglo XVIII.

El licenciado Martín de Blancas, oidor de la capital de Nueva Galicia, lo manda hacer para describir en él las obras realizadas para dotar a la ciudad de una red de agua con cañerías de diferente sección, atarjeas, registros y 40 fuentes: el plano, cuidadosamente delineado en rojo y gris, está compuesto por cuatro pliegos de un fino papel verjurado con filigrana. En él se ha realizado el mayor esfuerzo gráfico en los escudos, aunque en la parte central de la ciudad aparecen los edificios principales con sus alzados abatidos sobre cada manzana correspondiente, añadiendo una información complementaria al geométrico trazado de la trama urbana.

La Leyenda de la derecha, que se encabeza con el título «Plano ignographico», está cuidadosamente rotulada con una caligrafía perfecta y una descripción detallada de la finalidad del documento.

A la izquierda, un código de símbolos traduce el contenido del plano firmado y rubricado por su autor. Por último, merece la pena reseñar la referencia que se hace a todos y cada uno de los propietarios que disponen de fuente, sin duda un privilegio en esta ciudad de la llanura mexicana.

Inscripción Esquemática >>
Volver al menú