Cartografía Antigua: Ciudades de América
Planos manuscritos de archivos españoles: Cienfuegos (1798).

Cienfuegos, Anastasio Echeverría, 1798. Museo Naval (XIX. D.5).
Cienfuegos (1798)

«Plano de la ciudad proyectada en la península de Demajagua».
Atanasio Echeverría.
Museo Naval (XIX. D.5)
(505 X 820 mm).

LA CIUDAD

A pesar de que la espaciosa bahía de Jagua, en la isla de Cuba, fue reconocida desde los primeros tiempos de la colonización, y a pesar de haber sido proyectada en varias ocasiones, por gobernadores y capitanes generales, la instalación en ella de una población, los primeros intentos serios no se realizan hasta el fin al del siglo XVIII.

Sin embargo, ya en 1738, el capitán general Güemes Horcasitas resolvió establecer en la entrada de la bahía unas fortificaciones que más tarde se convirtieron en el castillo de Nuestra Señora de los Angeles, proyectado y dirigido por el ingeniero B. Caballero en 1745. Esta fortificación sirvió de punto de apoyo a las fuerzas españolas que se dispersaron de La Habana después de haber sido ocupada ésta por los ingleses en 1762.

Las recomendaciones para la colonización de la bahía no tuvieron éxito hasta que en 1819 el capitán general Cienfuegos decidió el asentamiento de una nueva población. Esta se llamó en principio Fernandina en honor de Fernando VII y después Cienfuegos en memoria del promotor de su creación.

En 1826, Cienfuegos tenía 800 habitantes, en 1846 alcanzaba los 4.000 y en 1861 superaba los 10.000, que se asentaban en la península de Majagua o Demajagua, en el interior de la bahía, sobre un terreno llano y firme.

La colonia fernandina de Jagua llegó a tener un trazado formando manzanas cuadradas y calles con un ancho de 16 metros que se extienden en el istmo que une esta pequeña península con tierra firme. La plaza mayor ocupa el espacio correspondiente a dos manzanas, formando un rectángulo, y todo el conjunto está orientado en una dirección aproximada N-S y E-0.

Sin embargo, Cienfuegos tuvo un proyecto anterior con un trazado bien diferente al que luego llegó a hacerse realidad. Este proyecto, que data de 1797, fue realizado por Atanasio Echeverría, aunque existe otro casi idéntico firmado por Onorato Bouyon en La Habana en 1816 y dedicado a «Fernando Séptimo Rey de España y de las Indias».

EL PLANO

El plano que lo representa es una joya de la cartografía urbana americana y es tá realizado sobre dos hojas de papel de un considerable gramaje, de marca Watman, apreciable en la filigrana de su señal al agua.

Los códigos gráficos ha bitualmente empleados han sido cambiados, destacándose el intenso azul del mar, que sustituye al tradicional verde.

Tanto la tipografía, de letra inglesa, como el diseño de las cartelas, enmarcadas en un recuadro de grecas entrelazadas, constituyen también una novedad gráfica. Una depuradísima técnica de dibujo y de dominio de los procedimientos de representación han llevado a su autor a conformar un plano de enorme calidad.

Pero no sólo el apartado gráfico resulta novedoso (en aspectos como la abstracción de las manzanas con su sombreado lateral, la minuciosidad de los jardines -árbol por árbol- o las aguadas de los colores), sino que también resulta de gran interés la propues ta urbanística que Echevarría presenta.

En principio, el territorio definido para ser ocupado por la nueva población se ha urbanizado en su totalidad y hasta en los más mínimos detalles límite de la costa, paseos y jardines en los apéndices de la península, puertos y embarcaderos en los lugares más convenientes, canalización del río para su a provechamiento y navegabilidad, ajardinamiento del terreno situado más allá del límiteseñalado a la edificación, ...

Y además la trama propuesta presenta varias novedades de interés: manzanas rectangulares en una proporción áurea, jerarquía de calles con paseos arbolados en las más importantes y plaza mayor situada en el eje principal ocupando el espacio correspondiente a dos manzanas.

La decidida intención de geometrización del espacio se extiende hasta las manzanas de borde, dibujándose paseos marítimos y malecones y señalándose la forma y lugar para el cementerio, el hospital, la Aduana y los almacenes portuarios.

El eje principal, una calle de doble ancho que las demás, arbolada a ambos lados y que atraviesa a la plaza mayor por el centro, se extiende a lo largo de 12 manzanas y se prolonga a través de los grandes jardines exteriores al límite edificado.

Esta propuesta de ciudad elaborada por Echeverría y mantenida por Bouyon veinte años más tarde se modifica en la fundación definitiva de Cienfuegos con un resultado mucho más modesto y mucho más convencional.

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