Cartografía Antigua: Ciudades de América
Planos manuscritos de archivos españoles: Cartagena de Indias (1721).

Cartagena de Indias, Juan Herrera y Sotomayor, 1721. Biblioteca Nacional.
Cartagena de Indias (1721)

Juan Herrera y Sotomayor.
Biblioteca Nacional (M 1 V/240).

LA CIUDAD

En la costa atlántica de lo que es hoy la República de Colombia, Pedro de Heredia fundó en 1533 la ciudad de Cartagena de Indias. Situada sobre una isla arenosa en el extremo septentrional de una gran bahía, guarda sus aguas del mar abierto por un conjunto entrelazado de islas de origen madrepórico, que, al unirse entre sí por lenguas de arena, formaron una extensa laguna litoral.

Debido a su magnífica situación estratégica en el mar Caribe, Cartagena se convierte pronto en un centro neurálgico de la América española y se relaciona con Venezuela, las Antillas, Centroamérica y, a través de Portobelo y Panamá, con el Perú.

Desde los primeros años de su fundación, Cartagena desarrolló una constante actividad relacionada con la defensa: parapetos, baluar tes, cortinas, garitas, traveses, trincheras, baterías, fue rtes, castillos y murallas se construyeron uno tras otro hasta convertirla en la plaza fuerte más defendida de América.

Una lista interminable de los mejores ingenieros militares de la época trabajan en las fortificaciones de Cartagena: Bautista Antonelli, Cristóbal de Roda, J. B. Antonelli, Francisco de Murga, J. Bautista Mac Evan, Juan Betín, Juan de Somovilla, Ignacio de Sala, Juan Herrera y Sotomayor, Ricardo Desnaux, Antonio de Arévalo, Francisco Picardo, Luis Venegas ...

Estas fortificaciones, a lo largo de su historia colonial se ven sometidas a multitud de ataques. Durante el siglo XVI Roberto Baal, en 1543, arrasa una pequeña población apenas desarrollada, pero John Hawkins fracasa en su ataque de 1568. Drake tiene más éxito y en 1586 saquea Cartagena, hecho que repite el barón de Pointis un siglo más tarde. Sin embargo, el almirante Vernon fracasa en su intento en 1740 después de un largo asedio y una durísima batalla.

Durante el siglo XVI se construyeron el castillo de San Matías y el fuerte del Boquerón, y a partir de 1631 las defensas más importantes fueron la plataforma de Santángel, el fuerte de Santa Cruz, el fuerte de Manga y el de Manzanillo.

En el último tercio del XVIII, el castillo de San Felipe de Barajas, los fuertes de San Fernando y de San Sebastián y la batería de San José. En la muralla se gastaron 59 millones de pesos y llegó a contener 27 baluartes y 230 piezas de artillería de grueso calibre.

Con independencia de los enormes esfuerzos defensivos realizados, la vida de Cartagena se centra alrededor de dos plazas cercanas en las que tiene lugar toda la actividad urbana. La Plaza Mayor o simplemente «la plaza», en la que se sitúan la catedral y la casa del Gobernador, y la plaza de la Aduana o plaza del Mar, abierta al puerto y convertida en mentidero, mercado y lugar de permanente trasiego. El edificio de la Aduana construido por Pedro Fernánclez de Burto en 1572, es el elemento de mayor interés y el centro de toda esta actividad.

Si bien el núcleo principal de Cartagcna se sitúa en el entorno de estas dos plazas, la ciudad crece, ocupando, por un lado, hacia el norte, el resto de la isla, y por otro hacia el este (a partir de 1607), la isla inmediata, para formar el arrabal de Getsemaní, en que se construyen el matadero y el convento de San Francisco.

La estructura urbana ele Cartagena no responde a un trazado geométrico, aunque sin duda existe cierta intención regularizadora, como puede apreciarse en algunos planos del siglo XVI. Más bien se diría que desde el núcleo formado por las dos primeras plazas se trazan una serie de calles rectas que luego se cruzan con otras también rectas que se acomodan al espacio disponible, constituyendo un núcleo de unas 40 manzanas de muy diferentes formas y tamaños, al que habría que añadir el formado en el barrio de Getscmaní de otras 20 manzanas también irregulares.

Se dice que hacia 1567 Cartagena es la ciudad más poblada y de más movimiento comercial de tierra firme, pero en 1573 su población no superaba las 400 familias. Poco más tarde, en la primera centuria del siglo XVII, se alcanzan los 4.000 habitantes. Al final de ese siglo la ciudad está compacta y totalmente definida en sus pequeños límites y se inicia un lento crecimiento hacia el interior y a la vez que se densifica el tejido interno.

EL PLANO

El plano bicolor -sepia y rosado- firmado y rubricado por Juan de Herrera y Sotomayor en 1721 describe con precisión las características geográficas de la localización de Cartagena de Indias en el territorio, ocupando dos islas de arena, frente al mar, que cierran el extremo septentrional de una bahía interior.

La tinta sepia, que se utiliza en el dibujo con diferentes códigos de representación y con distintas intensidades, es la misma que se emplea para rotular una leyenda precisa y clara, a la que acompañan en otros extremos del clásico recuadro negro otras dos muy elementales con el título del plano y la escala en pies del Rhin. La sencillez de tratamiento no le quita fuerza expresiva ni precisión al trazado de las calles, las manzanas o los baluartes de la muralla. Los edificios más importantes aparecen detacados con un esquema de su organización interna y algunas manzanas de borde están tratadas con elementos vegetales que indican el grado de ocupación del edificio.

Su origen militar está suficientemente explícito en la leyenda « ... levantado por el Maestro de Campo Don Juan de Herrera y Sotomayor, ingeniero militar de la Plaza y castellano del Castillo de San Felipe ele Barajas. De mano del Capitán de caballos D. Carlos de Briones Hoyo y Abarca, teniente de ingeniero militar de esta plaza».

Inscripción Esquemática >>
Volver al menú