Cartografía Antigua: Ciudades de América
Planos manuscritos de archivos españoles: Campeche (hacia 1734).

Campeche, Anónimo, 1734. Servicio Geográfico del Ejército.
Campeche (hacia 1734)

«Plano de la villa y presidio de Campeche en la península de Yucatán».
Anónimo.
Servicio Geográfico del Ejército (A! j!T.3/C.J!N. 31).

LA CIUDAD

La villa de San Francisco de Campeche fue fundada por Francisco de Montej o en 1540, en la costa occidental de la península de Yucatán.

El caluroso clima de la zona «queda muy refrescado por la brisa y por los vendavales, que comienzan en abril y duran hasta octubre».

Campeche no encontró su asiento definitivo hasta después de tres intentonas, quedando definitivamente situada en medio de una larga playa arenosa sin accidentes geográficos notables.

La pequeña población de Campeche fue durante largo tiempo el punto obligado de entrada y salida de todo el comercio del Yucatán y el único puerto importante de cabotaje entre Vcracruz y La Habana donde las flotas podían amarrar. Al mismo tiempo Campeche era el puerto de la capital regional, Mérida, que se encontraba en el interior del territorio, muy alejada de la costa. Por ello en sus almacenes se guardaban todas las mercancías de valor provenientes de la provincia: ébano, chechén, ciricote, cedro, zapote, moras, guaxcán, incienso, pimienta, tabaco, almidón ..., que convertían a la ciudad en un lugar apetecible para los piratas.

La localización de la villa, sin defensas naturales, hacía fácil la entrada del enemigo. A pesar de lo cual, el pueblo de Campeche opuso siempre una serie resistencia a los ataques.

La primera defensa fue una pequeña torre más tarde convertida en el castillo de San Benito, que en 1597 defendió heroicamente el capitán Antonio de Alcalá contra el pirata Parker.

Más tarde tres nuevos castillos vienen a sumarse a la fortificación de la ciudad: La Fuerza, San Román y San Francisco, que, sin embargo, no puede detener el ataque de los ingleses en 1659, que la toman y saquean, ni los efectuados por Luis Scot en 1678 y los filibusteros en 1685, que arruinaron completamente el castillo principal.

Es entonces cuando se inicia la construcción de la muralla, que dura desde 1686 a 1704, siendo su coste de 224.000 pesos. La muralla tuvo un perímetro de 2.720 metros, siendo su espesor en la base de 2,60 metros y la altura de 8,40 metros. Los nombres de los baluartes fueron: San Carlos, Santa Rosa, San Juan, San Francisco, San Pedro, San José, Santiago, Soledad y Puerta de Tierra.

En 1562 sólo existía en Campeche un templo: la iglesia parroquial, situada en la plaza Mayor, y al final del siglo la población, compuesta de vecinos españoles y criollos, encomenderos, comerciantes y marinos, no superaba los 400 habitantes.

Más tarde se construyen el convento de San Francisco, el hospital de San Juan de Dios y la iglesia de San José, así como el edificio de la Audiencia y la Carnicería, próxima a la costa.

A lo largo del siglo XVII la ciudad fue creciendo hasta formar un conjunto compacto que se organizaba alrededor de la plaza Mayor, abierta al mar, y por una serie de arrabales poblados de indios mayas y naborias mexicanos: San Francisco de Kumpech, Santa Lucía de Kalkini, San Román y Kinclán.

La es tructura urbanística de Campeche en el XVIII es básicamente lineal, con una doble fila de manzanas sensiblemente cuadradas, paralelas a la costa, a las que se han ido añadiendo otras hasta formar un recinto englobado por la muralla de 42 manzanas, de las cuales sólo la mitad parecen consolidadas.

EL PLANO

Toda la exuberancia del Caribe está delicadamente representada en este plano a través de la guacamaya multicolor y de las flores tropicales dibujadas en la cartela.

No cabe duda de que se trata de un pla no americano, en el que el trazado de la villa de Campeche, sutilmente coloreado de rosa, pierde su protagonismo ante la presencia de estos motivos del medio natural.

Sin embargo, allí están los elementos fundamentales de esta es tructura urbana en formación: manzanas consolidadas y manzanas sólo delimitadas en el borde meridional del trazado, además de los edificios significativos del conjunto: iglesia mayor, cuerpo de guardia, carnicería, conventos, baluartes y muralla. Todavía queda espacio para apuntar la presencia de un barrio de indios extramuros: Guadalupe.

El clásico reborde y la rotulación ele negro intenso pasan a ser sepia y gris de humo. El negro no aparece en el plano, reforzando así sus caracteres menos contundentes y más
desenfadados. El poco gramaje del papel verjurado fue reforzado a mediados de es te siglo con otro papel más fuerte, al que se pegó el original.

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